Diario CoLatino, 22 de julio de 2010
Rigoberto Palma
Hay dos tipos de opositores a la revolución venezolana: quienes realizan actos terroristas y quienes escriben contra el gobierno. En el primer grupo se ubica el salvadoreño Chávez Abarca, recientemente capturado en ese país cuando intentaba entrar con pasaporte falso para detonar bombas y matar personas en el contexto de la próxima campaña electoral. Chávez Abarca trabajaba para Posada Carriles, quien es agente de la CIA, o sea, del gobierno de Estados Unidos. También pertenece a ese grupo el venezolano Alejando Peña Esclusa, quien fue traído al país por la derecha salvadoreña durante la última campaña electoral para que hiciera propaganda en contra de Venezuela y del FMLN. Al segundo grupo pertenecen articulistas como Héctor Vidal y Roberto Rubio, entre otros.
Los terroristas
El señor Peña Esclusa acaba de ser apresado en Venezuela porque Chávez Abarca lo delató como parte de sus contactos en ese país. Al capturarlo le encontraron explosivos en el lugar donde se escondía. Entre las múltiples actividades delictivas de Peña Esclusa destaca su participación en el Golpe de Estado contra el Presidente Hugo Chávez en abril de 2002.
La historia de Posada Carriles es bastante conocida y no la haremos acá, pero vale destacar que reclutó a los salvadoreños Raúl Ernesto Cruz León y Otto Rodríguez Llerena para que detonaran bombas en hoteles de La Habana en el año 1997. Carriles reconoció públicamente su responsabilidad en esos hechos durante una entrevista publicada por el diario estadounidense «The New York Times» en julio de 1998. Los dos salvadoreños están presos en Cuba. En el año 2000, Carriles también planificó en El Salvador un atentado contra el entonces Presidente de Cuba, Fidel Castro, acción que se llevaría a cabo durante un encuentro internacional en Panamá. Por ese hecho Carriles estuvo preso en Panamá hasta que el gobierno de ese país lo liberó por orden del gobierno de Estados Unidos.
Es obvio que la ultraderecha salvadoreña, que entonces gobernaba a través de ARENA, protegió a Posada Carriles durante su estadía acá. El propio gobierno salvadoreño admitió que Carriles operó en El Salvador antes de trasladarse a Panamá. ¿Y quién, sino la derecha, le pudo dar albergue?
Los articulistas de derecha
Ante las acciones de los terroristas, el otro grupo opositor al gobierno de Venezuela, el de los articulistas, guarda silencio o justifica a los culpables. ¿Por qué esos articulistas, que escriben con tanta saña contra el Presidente de Venezuela, no rechazan las acciones criminales de los agentes del gobierno de Estados Unidos, traídos al país por la derecha criolla? ¿Es que ignoran esos hechos que son admitidos hasta por sus propios protagonistas?
En una reciente entrevista en una radio local, el señor Héctor Vidal casi lamentó el apresamiento de Peña Esclusa y dijo que ese señor vino a El Salvador durante la campaña electoral para informar sobre Venezuela. ¿Por qué don Héctor le llama información a la mentira? Es posible que don Héctor no sepa muchas cosas de Venezuela, pero no puede desconocer que en ese país hay tal exceso de libertad que hasta los golpistas del año 2002 andan libres. El señor Vidal sabe que la derecha venezolana miente cuando dice que en su país no hay libertad de prensa, pues los grandes empresarios controlan el 90% de los periódicos de circulación nacional, el 80% de las frecuencias de radio y buena parte de los canales de televisión, desde los cuales tienen 10 años atacando al gobierno con toda clase de improperios.
Vidal también sabe que en Venezuela los partidos de derecha han perdido 14 contiendas electorales en los últimos 11 años, todas avaladas hasta por la OEA y por el grupo Carter. Don Héctor sabe que antes del gobierno de Chávez el 80% de la renta petrolera se quedaba en manos de un grupo de funcionarios del Estado y de grandes empresarios y que en los años 2001-2009 (con Chávez gobernando) la empresa petrolera, PDVSA, destinó 57,000 millones de dólares para la inversión social. Y como buen economista que es, don Héctor no puede ignorar que una inversión como esa debe impactar en la reducción de la pobreza, la liquidación del analfabetismo y la mejoría de muchos otros indicadores sociales. ¿Por qué, entonces, no escribe sobre eso?
Otro articulista de derecha, el señor Roberto Rubio, en un escrito publicado en el periódico La Prensa Gráfica del 14 de junio de 2010, titulado “Los tres poderes soy yo”, afirma lo siguiente: “el constitucionalismo del mal llamado Socialismo del Siglo XXI, al anular y concentrar todo el poder, no solo lleva a afirmar que ‘los tres poderes del Estado soy yo´, sino a afirmar que ‘el Estado y el mercado soy yo´, tal como lo estamos viendo en la sociedad y la economía venezolana”.
En su artículo, el señor Rubio comete tres errores:
Primero, no se percata de que en Venezuela hay cinco poderes nacionales, no tres. El artículo 136 de la Constitución venezolana dice lo siguiente: “El Poder Público Nacional se divide en Legislativo, Ejecutivo, Judicial, Ciudadano y Electoral.”
Segundo, Rubio aparenta ignorar que la oposición venezolana no participó en las últimas elecciones para la Asamblea Nacional, celebradas a finales del año 2005, y que por eso no obtuvo escaños en la Asamblea. Su retiro de la contienda se debió a que meses antes había tenido dos grandes reveses y decidió impedir un tercero: había sido derrotada en las elecciones municipales y parroquiales, donde solo obtuvo 20%, y en las elecciones para las gobernaciones, donde solo ganó 2 de 23. Las elecciones para la Asamblea Nacional del 2005 fueron declaradas limpias por los organismos internacionales y por el pueblo venezolano, que las apoyó con su voto. En el año 2007, el partido PODEMOS se pasó a la oposición y se llevó una parte de sus 15 diputados. Si la oposición prácticamente no tiene presencia en el Congreso es por su culpa.
Y como el Congreso es quien nombra a los 32 magistrados o magistradas del Tribunal Supremo de Justicia, la oposición está ausente de la cabeza del poder judicial. A eso condujo su decisión de querer boicotear las elecciones de 2005. Sin embargo, hay que aclararle al señor Rubio que en Venezuela no hay una tiranía y, por lo tanto, el Presidente no controla los otros poderes del Estado.
Por otra parte, si en Venezuela el pueblo vota por las fuerzas revolucionarias (el PSUV, el PCV y otras), lo hace en el ejercicio de su derecho soberano. El papel de las fuerzas políticas y de quienes votan por ellas no es cederles espacios a sus opositores, sino ganar las elecciones. Así es en todo el mundo. En Estados Unidos, país que la derecha siempre pone como ejemplo de democracia, dos partidos controlan el sistema político desde hace más de 100 años y en algunos períodos uno de ellos ha dominado, al mismo tiempo, el poder Ejecutivo y el Congreso. De eso no hablan el señor Rubio ni otros enemigos de la revolución venezolana.
Pero no vayamos tan lejos. En El Salvador, un frente de derecha integrado por ARENA, el PCN y el PDC controló durante buen tiempo el Órgano Ejecutivo, la Asamblea Legislativa, la Corte Suprema de Justicia, la Fiscalía General de la República, el Tribunal Supremo Electoral y la Corte de Cuentas, pese a que el FMLN era el partido (y lo es hoy) con más diputados y diputadas en la Asamblea Nacional. El señor Rubio sabe cómo la derecha criolla se repartió esas instancias de poder, sin dejar espacios para “la necesaria dinámica de pesos y contrapesos institucionales” que él considera fundamental en la democracia. Pese a ello, Rubio nunca dijo que en su país no había democracia porque la derecha controlaba todo el Estado. Al contrario, colaboró de forma entusiasta con los gobiernos de ARENA.
El señor Rubio tampoco considera un deber hablar sobre el Estado colombiano, donde un ex Ministro de Defensa, responsable de realizar un bombardeo en territorio ecuatoriano, ganó las elecciones presidenciales con el apoyo del poder estatal y de los medios de prensa de su propiedad. Rubio debería saber que antes de las elecciones de marzo de 2010, la tercera parte de los diputados y senadores colombianos estaban en la cárcel o procesados por sus vínculos con paramilitares o narcos. ¿Qué nos dice Rubio sobre eso? Nada. ¿Y acaso está enterado de que en Guatemala asesinaron a tres diputados salvadoreños? ¿En qué negocios andaban esos diputados? En Venezuela no hay congresistas presos ni procesados y mucho menos asesinados.
Tercero, al mercado venezolano no está controlado por el Presidente Chávez ni por el Estado. Que haya cierta regulación y un Estado fuerte no significa que el mercado esté controlado. Hay mayor intervención estatal y presidencial en Europa, Japón y Estados Unidos, donde se otorgan multimillonarios subsidios, se fijan los intereses bancarios, existen elevadas cargas tributarias (solo en Francia supera el 40% del PIB) y se aplican otras medidas de regulación económica.
Muchas grandes empresas de esos países sobreviven a costa del Estado, o sea, del dinero público. ¿Desconoce el señor Rubio los rescates financieros en Estados Unidos y Europa?
El Estado venezolano, que se ha fortalecido en los últimos años mediante la incursión en la telefonía, el sistema eléctrico, la banca y otras áreas de la economía, tiene una carga tributaria de 30%, inferior a las de Alemania, Suecia, Reino Unido y otras naciones capitalistas industrializadas. En Venezuela no hay neoliberalismo, pero el mercado no está dominado por el Presidente o por el Estado. El mercado capitalista sigue funcionando a la par de un Estado fuerte que realiza enormes inversiones sociales. Además, si el Estado controlara al mercado ¿qué de malo tendría?
En España, donde personas como el señor Rubio creen que hay democracia, pese a que un rey vitalicio es jefe de Estado y un juez casi perdió su profesión por querer juzgar a los franquistas vivos, se aplican medidas fondomonetaristas, de recorte salarial, aumento de la edad de jubilación, mayores impuestos al pueblo, privatización de la caja de pensiones, etc. En Italia, Portugal, Grecia y otros países europeos también se aplican cirugías contra la población consumidora y se favorece a la gran empresa. ¿Por qué el señor Rubio no escribe sobre los programas de ajuste en Europa? ¿Responden dichos programas a algún criterio de democracia o descargan el peso de la crisis sobre los pueblos? Si el gobierno de Venezuela no aplica programas de ajuste contra el pueblo ¿por qué el señor Rubio no destaca esa realidad?
Es curioso que mientras las grandes naciones capitalistas están en crisis y han sacado a flote toda la mafia de los bancos rescatados con dinero público, el señor Rubio esté preocupado por el mercado venezolano, que goza de buena salud.
Al rechazar la política económica de Venezuela, el señor Rubio se aparta de sus antiguas críticas al neoliberalismo y enarbola la “libertad de mercado” que aplicó ARENA durante los años del Ajuste Estructural, cuando se llevaron a cabo las privatizaciones, la desregulación de precios y la reforma tributaria regresiva, es decir, cuando se aplicó un programa concentrador de la riqueza y generador de pobreza, precisamente lo contrario de lo que se hace en Venezuela.
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